nosotros

Nuestro Jardín

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Los niños que queremos formar

Para responder a esta pregunta desarrollaremos nuestros objetivos por dimensión:

Queremos que nuestros niños crezcan con los atributos cruceños y sean…

  • Curiosos y ansiosos por conocer y aprender. 
  • Autónomos. 
  • Capaces de gestionar sus emociones.
  • Respetuosos.
  • Con fe en las personas, la vida y Dios. 
  • Conectados con la naturaleza, su mente y su corazón. 
  • Buenos amigos.
  • Capaces de  amar y sentirse amados, contenidos y cuidados.  
  • Conscientes de ser un don y regalo para este mundo. 
  • Capaces de cuidar su cuerpo, su mente y su alma . 
  • Alegres y felices por ser parte del Jardín.

Buscamos que los niños despierten sus cinco sentidos con todo su potencial para que puedan percibir la realidad en toda su diversidad y belleza. Para que puedan crear desde su originalidad. 

Trabajamos para que además puedan adquirir la conciencia de su capacidad de intervenir en la realidad y por ello hacerse responsables de su cuidado y mantención. Por lo mismo, es en esta etapa donde también les enseñamos a conocer y cuidar su cuerpo. Prevenir el uso de pantallas, velar por una buena alimentación, el ejercicio y cuidar su intimidad como algo sagrado que nadie debe transgredir. 

El cuerpo a esta edad es un vehículo maravilloso para desarrollar la sensibilidad con sus emociones, las de los demás y aprender a ir reconociendo su lenguaje para poder administrar. Es en esta etapa de la vida cuando es vital que los niños desarrollen la propiocepción y dominio de todos los movimientos gruesos y finos de su cuerpo con total destreza para que pueda explorar el mundo con seguridad y libertad.

Esta es la fase de la vida que permitirá concebir el mundo como una gran aventura llena de desafíos y no como un monstruo temible e impredecible. Para eso es vital construir el vínculo primordial del niño para que se sepa y sienta valioso, único, querido y respetado. 

Si bien esto parte en la familia, debe extenderse al Jardín Infantil con la misma intensidad y cuidado. De ahí la relevancia de la acogida, del cariño expresado en gestos y actitudes concretas. De ahí también la relevancia de darse el tiempo de conocer a “cada hijo-alumno” que recibimos en nuestra sala. Eso es lo que nos permite ser capaces de estar al servicio de su vida, sus necesidades, intereses y de su esencia. 

Creemos que la etapa de Jardín Infantil debe ser por esencia un cúmulo de cariño y respeto, un “colchón de amor”, manifestado en la rutina, en las planificaciones, en el patio, en todo momento y lugar. De alguna forma se está trabajando con las bases emocionales y afectivas donde se edificará la pequeña personita que tenemos a cargo. 

Desde la perspectiva de Highscope, el énfasis pedagógico debe estar en ofrecer la mayor cantidad de posibilidades de explorar el mundo. El niño está construyendo su comprensión de la realidad y eso pasa por tocar, oler, oír, mirar… involucrarse de lleno en cada nueva experiencia que se le ofrece. Por eso para nosotros es fundamental estar en un “juego de exploración” constante. Captar sus intereses, sus habilidades, lo que expresan, lo que miran, lo que dibujan, lo que recogen… Todo es nuevo y fascinante para ellos si se les dan las oportunidades. 

Lo importante es que esta aventura de conocer el mundo y la realidad sea  en un entorno seguro y predecible. Dando los tiempos adecuados a cada uno y permitiendo que se sientan capaces de tener logros. De alguna manera estamos construyendo las primeras vivencias de aprendizaje significativo que serán la base de su autoestima.

Lo más importante en esta etapa tan concreta de pensamiento es sentar las bases de una presencia invisible que los ama, cuida, protege y que está en todas partes para abrazarlos. Es comunicar vivencialmente un vínculo con una “persona divina” que les ofrece un “lugar” seguro e incondicional donde siempre pueden estar. Así también se les trasmite la experiencia amorosa de su originalidad creada por amor y para amar a todos y a todo.

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